jueves, 7 de junio de 2012

La Revolución se mama en casa


El día de hoy tenemos un movimiento estudiantil #Yosoy132, que se ha ido consolidando y extendiendo  a otros estados. Nos guste o no. Nos identifiquemos o no. Es una realidad. Y me congratulo con ese despertar de conciencias.

Pero, para la situación en la que se encuentra nuestro país, me parece un poco tardía su aparición en la escena política, lo que me hace pensar que en general, somos una sociedad que aguanta demasiado los agravios y azotes del Gobierno, que necesitamos llegar situaciones extremas para salir a la calle y organizar a una movilización en contra de la clase política.


Mi generación ya está contaminada, con ese espantoso virus de la corrupción y de la apatía, no hay manera de escapar. La única ventaja es que muchos ya lo sabemos, y tratamos de vacunarnos, conocemos nuestro talón de Aquiles.

La esperanza, la única esperanza radica en la infancia, en nuestros niños y niñas que aún son libres de cualquier atadura.

Los niños son un sector que históricamente no ha sido atendido como lo merecen, por parte de las autoridades, sus necesidades no son cubiertas al cien por ciento.

Muchas veces, son subestimados por los mismos padres, en ocasiones,  por descuido necesario debido al trabajo, otras por comodidad, otras por ignorancia.

La educación integral de nuestros hijos es la llave que nos abrirá las puertas a una sociedad más justa, más libre, más madura, a la que hemos aspirado durante tanto tiempo.

La educación jamás deberá limitarse a la academia, un niño es capaz de aprender como una esponja lo mejor que sus  padres o tutores puedan ofrecerle en casa.
Es nuestro deber rodear a los niños de un ambiente rico en arte, deporte, política, diversión, ciencia, conocimiento, todo lo que engrandezca su ser.

 Es responsabilidad nuestra, acercar a los niños a todas las manifestaciones de arte  posibles, desde la apreciación de la pintura hasta el grafiti, pasando por las artes plásticas y la danza;  a la historia a través de relatos, a la lectura temprana, a la apreciación de la música sea cual sea el género.

Mostrar con el ejemplo lo que significa respetar al otro, a ser justos, a ser honestos, libres, independientes, a apreciar la diversidad, amar a la naturaleza, a la ciencia, a los animales.

Acompañarlos a crecer y verlos convertirse en ciudadanos en toda la extensión de la palabra, comprometidos, con su país, con sus ciudades, con sus ideales.

No se necesita ser rico, o tener todo el tiempo del mundo para formar a un niño inteligente y responsable, lo que se necesita es creatividad y ganas de explotar todo el potencial que ellos tienen.

Si los tomamos de la mano y los guiamos  por este camino de responsabilidad, compromiso, amor, educación, sentido común, respeto, en ese momento vamos a estar tranquilos sabiendo que nuestro país estará en manos de los mejores.

Los mejores políticos, ciudadanos, funcionarios públicos,  padres, madres, amas de casa, profesionistas, técnicos, estudiantes, que  no podrán ser fácilmente engañados y corrompidos, podrán ser más libres de lo que hemos sido nosotros.


Es momento, de tomar las armas del conocimiento y la inteligencia y comenzar la revolución en casa -hoy-  la gravedad de nuestra problemática no nos permite ya, esperar a mañana.


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