lunes, 25 de junio de 2012

Perdí mi tiempo


Desde hace días esperaba que fuera 10 de junio para poder ver el segundo debate del IFE, supongo que igual que millones de mexicanos.

Han pasado tantas cosas desde el primer debate el 6 de mayo, que era impensable perdérmelo; era necesario ser testigo de lo que —según yo— ocurriría este pasado domingo. Pensé que se pondrían sobre la mesa sucesos tan importantes para la vida del país. Fallé en mis cálculos.
Entre otros, los candidatos no le dieron relevancia a temas como:

-El movimiento estudiantil #Yosoy132, que ha logrado traspasar las barreras de la edad y las clases socioeconómicas y que ha convocado a miles en las calles del DF y de algunas ciudades del país.
-El logro del movimiento #Yosoy132 de “convocar” a las televisoras a pasar en sus canales estelares la transmisión del debate y  tener más cobertura.

-El pase de charola de algunos colaboradores de Andrés Manuel, hecho que no está totalmente claro aún.

-Las declaraciones de “The Guardian” y los nexos de Televisa con Peña.
-La campaña sucia desatada por Josefina en contra de López Obrador en
 los spots.

-El incidente ocurrido en el Estadio Azteca entre estudiantes y fanáticos priístas durante el partido de futbol.

-Las declaraciones del ex presidente Vicente Fox llamando a votar por Peña Nieto.

-La adhesión de militantes panistas y perredista a la campaña de Peña.

-El caso los ex gobernadores tamaulipecos Yarrington y Hernández Flores.

Si a esto le agregamos que ignoraron la guerra contra la delincuencia organizada, así como los muertos (60 mil, por mencionar la cifra más común), que en un país civilizado YA le hubiera costado el puesto al Presidente, me parece por demás ofensivo.

No tomaron en cuenta la sensibilidad que se despertó en el país. No respetaron a la audiencia que quería ver y escuchar “los cómos” de sus propuestas, que, incluso, muchas de ellas son coincidentes.

No se confrontaron, no batallaron, estuvieron muy cómodos cada uno en su papel, cuidándose,  no se arriesgaron absolutamente nada, ni siquiera por el alto porcentaje de ciudadanos que aún no tienen decidido su voto.

A pesar del controvertido formato del debate, perdieron una gran oportunidad. Yo perdí mi tiempo.

Me alegro de que no haya un tercero, de nada sirve ver a cuatro candidatos repitiendo sus discursos, aburridos, rígidos, con poses, cuidando su lugar, sin aportar nada significativo a la contienda electoral.

De nada sirve tampoco declarar ganador o perdedor a alguien cuando esto no incide en la tendencia del voto.

Nos dejaron en las mismas.




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