miércoles, 1 de mayo de 2013

A mis niños



Desde que soy mamá nunca había considerado muy significativa la fecha del 30 de Abril, y menos como para comprarles algún regalo a mis hijos, me parecían más importantes los cumpleaños por ejemplo, el pastel, la velita, los amigos, la familia, las fotos.

Pero este año me sentí diferente, ahora veo la huella del tiempo, y veo que mis niños muy pronto dejarán de serlo, me invadió una sensación de nostalgia, que en poco tiempo, ya no los podré cargar, y menos al mismo tiempo a los cuates, no cabrán en mi cama todos juntos como ahora, que hasta Pancho el perro se acomoda, ni podré casi asfixiarlos con un gran abrazo.

Entonces decidí prepararles un día en el que solo tuvieran que preocuparse por jugar, hasta su cuerpo pidiera ir a dormir. Y así fue, después de un gran festejo en la escuela con guerras de agua, obras de teatro, música, llegaron a la casa y se encontraron en el parque del fraccionamiento con un gran inflable, globos y una pista de carrera, que por cierto nadie usó.

Se dedicaron a correr, brincar, quitarse los zapatos y calcetines para ensuciarse bien, se empaparon de nuevo, se pelearon, se contentaron, bailaron, cincuenta veces la misma canción, hacían a las niñas a un lado, arriesgaron el pellejo infinidad de veces en lo más alto del juego, comieron y bebieron todo que se les había preparado, toda la palomilla del vecindario junta.

Quisiera atesorar cada momento de sus pequeñas vidas, para que dentro de algunos años, puedan revivir su infancia, pues estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para que la recuerden como feliz.
Estas breves palabras son parte de eso que quiero que ustedes tengan y  lean, tal vez el día hoy no lo comprendan, pero algún día lo harán y seguro tendrán una gran sonrisa en su rostro.

Niños, ustedes llegaron a esta casa para cambiar mi vida. Me encanta ser su mamá, es un placer. No cambiaría absolutamente nada de nuestra historia, es perfecta para mí, volvería a pasar y a vencer cada uno de los obstáculos que nos ha puesto la naturaleza, por ustedes, por verlos como son ahora, en lo que se han convertido, y claro, daría lo que fuera por poder ver en lo que ustedes decidan ser cuando sean adultos, para disfrutar a su lado.

Diego tu enorme sensibilidad te hace tener siempre la palabra perfecta para reconfortarme y poner una sonrisa en mi rostro, tu mirada apacible y tranquila, hacen que recobre la paciencia cuando la pierdo. Tus dibujos que todos los días haces con gran dedicación, los llevo en mi corazón y en las paredes de mi oficina y en mi agenda también. Tienes una fortaleza y un gran corazón, que a tu corta edad te ha permitido sobrellevar con dignidad los problemas de casa, no todos somos capaces de ser hermanos mayores de gemelos, y ¡qué gemelos! Y tú lo has hecho de maravilla.

Marcelo has trabajo arduamente desde que tenías tres meses de vida, la naturaleza nos puso a los dos una prueba muy dura, que todos los días tenemos que enfrentar y vivir con ella. A pesar de la adversidad, no recuerdo una sola queja de tu parte, por el contrario eres tan dulce que tu mirada encantadora basta para cambiar el rumbo de mí día. Me haces sentir plena con tus besos y cariños. Cada caricia que me haces con tu mano derecha, es el regalo más grande que puedo recibir, porque sé que el trabajo que te cuesta, pero lo haces para mí, para demostrar tu amor. Eres un gran ejemplo de tenacidad y perseverancia, voy a estar a tu lado para seguir luchando junto contigo, siempre.

Nicolás, Mi-ní, tu energía  y tu destreza me impresionan, a veces me pregunto qué sería de esta casa, sin tus cantos, tus eternos brincos, tus gritos, tus charlas interminables, eres un sol lleno de alegría. Me iluminas con tus ocurrencias, con esos hermosos ojos expresivos y con la bondad que me regalas desde que eras un bebé, porque compartiste a mamá en momentos difíciles y te convertiste en un gran maestro de vida para tu hermano, tal vez sin querer, pero lo eres, porque así lo has decidido tú. Quiero que sepas que guardo en mi corazón cada domingo que me acompañas a descansar, viendo una película, solo tú y yo.

Todos son tan distintos, tan únicos, tan especiales y extraordinarios que estoy muy orgullosa de ser su mamá. Y mientras tenga vida, estaré para ustedes, para acompañarlos en su desarrollo, disfrutando de sus logros y abrazándolos en momentos de adversidad. Y mis logros y fracasos, no tendrían sentido si no estuvieran a mi lado.

Los adoro niños, nunca lo olviden.

Con todo el amor que tengo en mi ser,

Norma, mamá

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